Es el crecimiento anormal de esta glándula masculina que junto con las vesículas seminales produce el líquido seminal, con un papel fundamental en la fertilidad. Suele producir síntomas variados como dificultad y retraso en el inicio de la micción, disminución del calibre y fuerza del chorro, micción intermitente o prolongada, goteo postmiccional, a veces sensación de vaciado vesical incompleto o incluso urgencia o micción imperiosa. Es aconsejable una valoración urológica rutinaria a partir de los 50 años o antes si aparecieran síntomas a edades más precoces.

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