Mediante una reducción mamaria se pretende alcanzar un volumen mamario proporcionado a la complexión de cada paciente, eliminando las molestias provocadas por un excesivo volumen, como dolores de espalda y cuello, irritaciones cutáneas a nivel del surco submamario o lesiones provocadas por los tirantes de los sujetadores.
Es una intervención cuyos resultados repercuten muy beneficiosamente en la paciente, tanto física como psicológicamente. La calidad de vida se incrementa sensiblemente, posibilitando a la mujer la vestir con comodidad, hacer deporte y otras actividades con normalidad.

Para su ejecución es necesario eliminar el exceso cutáneo, glandular y graso, a través de incisiones localizadas alrededor de la areola y en el polo inferior mamario, generalmente con una única cicatriz vertical si el volumen es moderado y a veces se completan con cicatriz horizontal a nivel del surco submamario si el volumen grande.

Son múltiples las técnicas que se pueden emplear en la reducción mamaria, siempre se individualizará cada caso para realizar aquella que ofrezca mejores resultados estéticos.

Esta intervención se practica en quirófano bajo anestesia general siendo el alta la mañana siguiente a la cirugía con un sujetador deportivo y un vendaje.

En el informe de alta médico se especifican los medicamentos que debe tomar y el régimen de vida que debe seguir además de un teléfono de contacto para aclarar las dudas que pudieran surgirle.

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